lunes, 22 de julio de 2013

ESCRIBE: JORGE SARMIENTO POLO

DE SERLE DESFAVORABLE, CHILE NO ACATARÁ EL FALLO DE LA HAYA

En la guerra de agresión de que fuimos víctimas los peruanos durante la llamada Guerra del Pacífico, existieron dos causas: causas aparentes y causas verdaderas. Las causas aparentes fueron, entre otras, la alianza militar firmada por el Perú con Bolivia. Las verdaderas fueron la ambición chilena de apoderarse de los territorios, mares y riquezas peruanas y bolivianas.

Leamos lo que al respecto nos dice César Vásquez Bazán: “Tras constatar la ineptitud y atraso de las clases gobernantes de las naciones aliadas y la debilidad de sus fuerzas militares, …..(Chile)…. estimó que tenía las de ganar si procedía a asaltar y capturar los ansiados territorios”.

“En febrero de 1879, cumpliendo sus designios de robo territorial, la rapiña chilena
ocupó militarmente la costa boliviana, aprovechando no sólo que este país carecía de marina de guerra sino que no tenía ejército en la zona.” 

Al igual que los japoneses en Pearl Harbor, usando la astucia y la sorpresa, los chilenos primero atacaron e invadieron territorios peruanos y después, al día siguiente  nos declararon la guerra. Este país ya tenía desde muchos años atrás una política de estado consistente en  apropiarse por la fuerza de riquezas y territorios de cualquier otro país que tuviera la desgracia de limitar con ellos. Anteriormente en Febrero de 1879 invadieron el territorio boliviano de Atacama, quedándose  con sus minas de cobre de Chuquicamata, gracias a lo cual un país paupérrimo y pobre que siempre fue desde antes de la época de la conquista española, ha llegado a gozar de tantas riquezas hasta el extremo de menospreciar a los habitantes de Perú y Bolivia, mofándose de su atraso cultural y social, siendo el caso que gran parte de esta situación fue ocasionada por el país sureño.

CHILE: ¿PAÍS MENOS CORRUPTO?

Sigamos leyendo a César Vásquez Bazán: “Una organización denominada Transparencia Internacional informó el miércoles 30 de noviembre de 2011 que Chile es el país menos corrupto de América Latina.”

“Debo confesar que tuve dudas acerca de la veracidad de la afirmación al recordar los saqueos y robos que perpetraron los invasores chilenos en el Perú y Bolivia entre 1879 y 1884. Y es que la pregonada “menor corrupción de Chile en el año 2011” está basada, entre otros fundamentos, en el corrupto arrebato territorial de Tarapacá y Arica peruanos y el litoral boliviano, acciones perpetradas por los chilenos durante la Guerra del Salitre”.

“¿Cree usted, pensativo lector, que Chile hubiera podido sobrevivir económicamente hoy si no tuviera el cobre de Chuquicamata, que es cobre procedente del territorio boliviano de 1879? ¿Cree usted que Chile pudo haber afrontado económicamente los cincuenta años transcurridos entre 1880 y 1930 si no hubiera contado con el salitre de Tarapacá, es decir con la riqueza arrancada a los peruanos? La respuesta en ambos casos es negativa. Sin el salitre de Tarapacá y sin el cobre boliviano de Chuquicamata, Chile hubiera evolucionado de crisis fiscal en crisis fiscal, de crisis económica en crisis económica, de crisis social en crisis social, de crisis política en crisis política, lo que hubiera originado la existencia de un ambiente de corrupción generalizada”.

Es conocido también como los chilenos fingen el deseo de llegar a algún acuerdo solo cuando la situación les es adversa, así lo ha demostrado a través de su historia; por ejemplo al día siguiente de haber vencido en la batalla de San Juan, le solicitaron  a Piérola la firma de un armisticio, pero solo lo hacían para ganar tiempo, porque la soldadesca chilena se encontraba desbandada y borracha en Chorrillos, después de haberla saqueado. Cuando Piérola se reunió con el cuerpo diplomático acreditado en Lima para la firma de un  armisticio, los chilenos volvieron a atacar sin respetar el acuerdo previo ni a los representantes extranjeros.

Algo similar sucedió en 1975, cuando el ejército peruano llegó a su mayor grado de efectividad y desarrollo por ejemplo, estaba armado con el mejor fusil del mundo (el fusil automático ligero FAL) y los tanques rusos se estrenaban, y había la posibilidad de una guerra. En ese tiempo los jerarcas chilenos se la pasaron hablando de la “hermandad de Chile y Perú, y que solo deberíamos mirar hacia el futuro a fin de enfrentarlo conjuntamente,” etc., etc.

En los años siguientes Chile inició una carrera armamentista que no ha parado hasta ahora. De allí su actual prepotencia y altanería en la región. Paralelamente son innumerables  las apropiaciones que ha hecho este país de nombres y marcas peruanos como nuestro pisco, frutas  y dulces, usando la astucia,  la hipocresía y la casi nula respuesta de los dirigentes peruanos.

Ante este historial, debemos preguntamos: ¿De serle desfavorable el mandato de la Corte de la Haya, Chile la respetará? ¿O buscará cualquier pretexto para no acatarla? De ser así, ¿Nuestros gobernantes  darán el triste y tragicómico espectáculo dado por la presidenta de Argentina de ir de país en país para solicitar ingenuamente que intercedan ante el Reino Unido a fin de que le devuelvan las islas Malvinas? ¿Cuándo comprenderán nuestros ilusos gobernantes  de una vez por todas que la historia de la humanidad nos muestra que fue y es una constante que los pueblos más fuertes militarmente se aprovechan de aquellos mal armados?

Sería bueno que nuestros gobernantes  conozcan lo que en una oportunidad  dijo Otto Von Bismark: “una política exterior sentimental jamás reconoce reciprocidad”.

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